Publicado en el Diari de Tarragona en mi columna habitual de los domingos, "El cura y el barbero".
Hace unos días alguien que llámase a sí mismo “poeta” me pidió que tratase de promocionar a través de las páginas del Diari un libro suyo que él estimaba digno de tal escaparate. Leí sus versos con ánimo bienintencionado, como hago siempre, aunque con la reserva que suscita un personaje que pondera tanto su propia obra. Y al acabar el libro pensé: “a mí la poesía de Zutano no me gusta”. Y acto seguido: “¿Y esto se podrá decir? ¿Resultará indecoroso soltarlo así, tan lapidariamente en mi artículo de los domingos? ¿Con qué autoridad doy pábulo a la hoguera inquisitorial de mis tremebundos juicios de valor? ¿Será esto arrogancia del crítico que se jacta de ser severo?”. Tales escrúpulos laceraban mi conciencia, cuando otro pepito grillo de aspecto pendenciero y voz guasona me susurró al oído: “¿A qué tanto remilgo? Más curita eres que barbero, ya se ve; menos ego te adsolvo y más trasquilones. Echa un vistazo al mundo que te rodea. ¿No ves que hoy todo vale? Aquí, cuanto más sinvergüenza te muestres, mucho mejor. Si no tienes titulación académica, ya te harán un programa sobre Ni-Nis donde te saques unos cuartos sin pegar palo al agua. O te puedes presentar a la bazofia de Gran Hermano Tropecientos, que te faculta para ¡tertuliano! en cualquier programa inmundo. Da igual que desconozcas, como la última ganadora, los nombres de los Reyes Católicos o si existe algún país en la Península Ibérica, porque siempre tendrás una Mercedes Milá que te defienda en su blog. El de ella se llama Lo que me sale del bolo, no como tu sección del Diari con esa referencia cervantina trasnochada y sin glamour. Es mucho más importante la susodicha gran hermana ésa, que un tal Manuel Elkin Patarroyo, un tipo colombiano que descubrió la vacuna contra la malaria y que asegura haber encontrado la fórmula para crear vacunas contra todas las enfermedades después de 25 años de estudio. Este no “mola”, con ese apellido Patarroyo… ¿A ti no te gusta el poeta Mengano? Pues dilo, que aquí todo vale. Si se puede hablar de sexo explícito en horario infantil, si la clase política da pena, si el sistema educativo premia al delincuente y le pone trabas al que se esfuerza, si el insulto es el campo semántico del castellano por antonomasia, si tiene razón quien más grita, si se pagan millonadas por un cuadro con un punto negro sobre fondo blanco sólo porque lo ha pintado el iluminado de turno, ¿qué importancia tendrá que un triste columnista de un periódico de provincias afirme que la poesía de Fulano no le gusta?”
Tras la perorata de mi beligerante pepito grillo, me convencí de que en este país donde todo vale, no debía yo amilanarme ante mis propias convicciones: el libro es malo y si lo reseño diré que lo es. Porque esté como esté el mundo, para mí no todo vale. Y en poesía, tampoco. Hoy si un verso repugna a la estética o al buen gusto es que es mordaz; si no rima es que es verso libre (que es probablemente el menos libre de los versos); si rima pero rima mal, es que plantea una métrica transgresora; si es demasiado llano, es que es “poesía de la experiencia”; si no se entiende nada se jacta del hermetismo propio de un genio profundo. Pues no, no cuela.
Como la publicación del artículo que debía tratar de este libro se ha dilatado mucho en el tiempo, este “poeta”, ofendido por mi indiferencia, me ha retirado el saludo y me desprecia. No es un fenómeno nuevo. Pero prefiero este desaire a traicionar a mis lectores que, muchos o pocos (ni lo sé, ni me importa), me consta que son leales y que lo son porque siempre he sido coherente en mi compromiso con el rigor literario y porque jamás he vendido mi criterio ni al “amiguismo” ni a los favores personales. Decidí hacer el artículo. Ya sin remordimientos, empecé a escribir: “A mí, la poesía de Zutano no me gusta”. Ya ven que me guardé de revelar el nombre del poeta. Y es que, hasta para esto, hay que saber que no todo vale.
Querido amigo, me ha encantado tu artículo y me admira tu elegancia al tratar el tema. Tienes toda la razón. ¿Quién, en alguna ocasión, no ha sentido insultada su inteligencia ante una supuesta manifestación artística? Tiempo atrás callaba por prudencia, sabiéndome ignorante en ciertas disciplinas, pero el paso de los años me ha vuelto menos diplomática y muy a menudo digo que no, que no todo vale. Mis aspiraciones poéticas acabaron en 8º de EGB, tras varios intentos ridículos sobre las tapas del carpesano. Con trece años tuve conocimiento suficiente para darme cuenta de que lo mío iba a ser leer y no escribir. Otros parece que no se sometieron nunca a un autoanálisis. A Zutanos como el tuyo les instaría a guardarse sus versos para sí y seguir leyendo, que ser buen lector también tiene su mérito.
ResponderEliminarMalo cuando el crítico tiene más escrúpulos que el poeta.
ResponderEliminarLas normas están muriendo (por fin). No tiene sentido que la creación se tenga que enclaustrar en normativas y reglas, que además, en la mayoría de los casos, provienen de un mundo que ya nada tiene que ver con el nuestro actual.
ResponderEliminarSí, Roger, pero no a cualquier precio. Cuando saltarse las reglas de la poesía es el parapeto de los ignorantes, perezosos y malos poetas, entonces esa licencia no vale
ResponderEliminarIgnorantes, perezosos y malos poetas según el juicio de quien? Supongo que de alguien que tiene la verdad absoluta en su poder no?
ResponderEliminarLa obra de arte mas chusca, puede hacer sentir algo positivo a alguien. Yo no soy nadie para juzgar la valid...ez o no de la creación de otros. Una cosa es tener preferencias, la otra, construir una ideología en base a las preferencias y empezar a postular quien tiene derecho y no a hacer que, y como tiene que hacerlo.
Menudo oxímoron se saca usted de la manga diciendo que una obra "chusca" puede valorarse en términos positivos. Ese tipo de paradojas incomprensibles también deben responder al "nuevo arte". Comulgo en eso de que no existen verdades absolutas: yo no trato de adoctrinar a nadie sino de dar opiniones personales. Pero el Arte, pese a aquellos que se visten de vanguardistas visionarios, tiene unas esencialidades que no pueden se vulneradas. Y si es así, convertiremos el arte en algo trivial
ResponderEliminarEsencialidades que no pueden ser vulneradas. Quien las establece? Dios? El estado? El consejo de sabios del Arte?
ResponderEliminarMira, el arte (como artista te lo digo) es la expresión externa del inconsciente, de las emociones y del estado actual del cr...eador. No creo que eso pueda ser juzgado en terminos de correcto o incorrecto. Cada persona resuena con unas cosas determinadas y sean las que sean són lícitas. Es la variedad y la diversidad lo que es importante y no que un comité de expertos con su percepción subjetiva de lo que debería ser el arte apruebe o no cada creación.
Lo que vale, perdura, lo que no, no. Pero todo tiene su lugar, su momento y su valor.
A lo que tu le llamas "nuevo arte" yo le llamo cambio de paradigma, en el que por fin, las normas de corrección estipuladas por elites, se marchitan y emerge la libertad creativa en su maxima expresión.
Lee lo que te guste, pero no olvides que lo que no te gusta, puede gustarle a otros. Convertir el arte en trivial es lo que hacen los criticos de arte o los teoricos. El Arte son emociones y no teorias o normas.
En virtud de esa concepción del arte, cualquiera que explciite sus emociones internas sobre una pintura, una escultura, un poema o cualesquiera de los formatos artísticos que dan vía a esas emociones, es un artista. Según eso, una carta de amor inflamada de un adolescente es arte, puesto que tiene validez "per se" en ese momento de desbocamiento sentimental. Todo es, pues, arte. Yo pensaba que el arte debía reunir unos requisitos para considerarlo como tal pero parece que todo vale, mientras haya una emoción plasmada en él. De ese modo, nada se criba, nada se tamiza y el arte, que no es trivial ni puede serlo para ser arte, acaba prostituyéndose porque todo el mundo puede crearlo.
ResponderEliminarTienes muchísima razón en todo lo que dices. Comparto plenamente tu opinión. No todo vale en el Arte. Me cansan ya esos supuestos artistas que simbolizan la soledad del ser humano, por ejemplo, con un puntito sobre un fondo blanco o los que pretenden ser poetas y no alcanzan a escribir más de cinco versos seguidos. Creo que la humildad es una virtud que muchos han perdido. Para ser artista hay que ser humilde primero y no sentirse el ombligo del mundo y pretender a toda costa que los demás así se lo reconozcan. Aplaudo y admiro tu coherencia y tu sinceridad, pues no le bailas el agua a nadie y si escribes sobre algún poeta es porque has hallado en su obra algún mérito. Basta ya de peloteos empalagosos y sigue así, que esta sociedad necesita personas íntegras como tú.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Píramo y Tisbe.
ResponderEliminarPara incumplir una norma hay que conocerla, en principio... Fue lo que pasó con Picasso y otros genios. Primero demostraron que conocían la técnica y luego la transgredieron.
(Y no me extiendo más porque no tengo tiempo). Las cosas hay que hacerlas bien y no enmascararlas en la libertad creadora sin más.
Abrazos
Fernando: totalmente de acuerdo contigo por mi labor como crítico,
ResponderEliminarpues no todo vale y bien es verdad y en los tiempos que vivimos, que
parece ser todo lo contrario, alguien lo tiene que decir; y para nada
mis opiniones son hiperbólicas, al pan pan y al vino vino admirado
Fernando, soy de pueblo y de Teruel, con lo que solo tengo una
palabra. ¡¡¡Abrazos mil de tu lector!!!
Belén, gracias por tu comentario. Sí, la clave está en la humildad y en la propia conciencia de las limitaciones. No todos podemos ser poetas. Todo lo demás es forzar e insultar, como dices, a la inteligencia ajena.
ResponderEliminarPilar, gracias. Que sea el verso, el de verdad, el que lata sin escrúpulos de oírse palpitar. Los escrúpulos o no del crítico y los del poeta mesiánico son lo de menos. Los míos, son sólo educación.
Tisbe, qué decirte a ti, que tanto hemos hablado de los parásitos del arte. Después de ver actuar a la CNTC no podemos ser sino intransigentes, inflexibles, cruzados contra los chupasangres vividores.
Esmeralda, qué razón tienes. De todos los -ismos de las vanguardias de principios de siglo, sólo triunfó el Surrealismo porque fue de los únicos que supo respetar la tradición reformulándola. El resto, puras anécdotas efímeras.
Enrique, gracias por tus palabras. Celebro que estemos en el mismo barco. Así, te quiero, terco turolense cuando la causa lo exige.
Pues sí; aunque llego tarde, y no haga sino insistir en el contenido del artículo, yo también estoy de acuerdo en que no todo es arte. Es más, en que, incluso, el mejor artista, no tiene por qué hacer una obra de arte en todo momento. Esa transgresión que algunos defienden, en muchos casos, acaso sólo sea incapacidad para alcanzar verdaderas cimas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Antonio. ¡Cuánto tiempo! Celebro que comulguemos en esto, como en tantas otras cosas. Un abrazo.
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