Probablemente haya en la historia de la literatura
universal pocos versos tan hermosos como los que rematan la Noche oscura
de San Juan de la Cruz.
Quedéme y olvidéme
el rostro recliné sobre el amado;
cesó todo y dejéme
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
Nuestro blog, que cumple hoy 6 años de vida, recogió
para su título uno de esos versos. Más allá de la reformulación que nosotros
quisimos otorgarle en su día (ese rapto de la lectura donde suspendemos
nuestros sentidos para dejarnos llevar por la envolvente mística del libro), a
nadie se le oculta que la elección responde también a la admiración reverencial
que sentimos por el poeta de Fontiveros. Hay, además, en los primeros versos de
ese poema, un guiño a la historia de Píramo y Tisbe que, como sabéis los que nos
seguís, son los seudónimos con que firmamos los artículos:
En una noche oscura
con ansias en amores inflamada
¡oh, dichosa ventura!
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada
La aventura nocturna de Tisbe, que sale de casa
clandestinamente, “sin ser notada” y “disfrazada”, la debió de escuchar San Juan
de la Cruz en boca del Brocense al glosar éste las Metamorfosis de
Ovidio. Y aunque no fuera así, la fábula estaba bien afianzada en el mundo de
los estudiantes y San Juan lo era.
Es curiosa, además, la versión que Antonio de Villegas
(1522-1551) hace de la fábula en su Inventario, cuando al hablar de la
salida de Píramo de su casa, éste
ni sabe si es de noche, o si es de día
sola la luz de Tysbe le alumbraba
que por el cuerpo y alma se extendía
Versos, estos de Villegas, que recuerdan a otro pasaje
de la Noche oscura:
ni yo miraba cosa
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía
¿Habría leído San Juan a Villegas?
Sea como fuere, y sin arrimarnos demasiado a ese
maravilloso sortilegio que une el título de nuestro blog con los nombres de
nuestros seudónimos (no vaya a ser que pequemos de sugestión), lo cierto es que
los versos que concluyen la Noche oscura son de una belleza fuera de
serie. Nosotros seguimos pidiéndole permiso a San Juan para que nos los ceda
bajo la apariencia profana que hemos querido asignarle. Emprendemos este séptimo
año igual que el primero: quedándonos en los libros, olvidándonos de nosotros
mismos, reclinando el rostro sobre el libro amado, aceptando que todo cese a
nuestro alrededor, dejando nuestro cuidado entre las páginas olvidado.
Gracias por vuestra fidelidad.
Feliz cumpleaños, amigos.
ResponderEliminar¡Adelante y a por el siguiente sexenio literario!
ResponderEliminarMuchas felicidades en este sexto aniversario de vuestro blog. (Que casi coincide con el mío personal, que es mañana). Habéis construido unas piezas literarias magníficas. Si San Juan de la Cruz viviera en nuestro tiempo, sin duda estaría suscrito o colaboraría.
ResponderEliminarUn abrazo
Antoni
¡Enhorabuena, Píramo y Tisbe! Os deseo seis veces seis años más para seguir escribiendo de literatura. Un abrazo a los dos.
ResponderEliminarPor muchos años más. Salud.
ResponderEliminar¡Gracias a todos!
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