La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la
Moneda ha puesto a la venta dos monedas conmemorativas con motivo del IV
Centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote. Son
monedas de colección de 100 y 10 euros. En la moneda de 100, don Quijote
aparece en el reverso sentado y leyendo; y en la de 10 se reproduce la imagen
del famoso hidalgo y Sancho Panza a lomos de sus cabalgaduras. También hay
prevista una moneda de 30 euros para el segundo semestre del año con don
Quijote y Sancho cabalgando a Clavileño, según el grabado de Joaquín Ballester
(1740-1795) que se conserva en la Real Academia Española.
Desde que en 1871 el Banco de España decidiera acuñar
el papel moneda con figuras representativas de nuestra cultura, son muchos los
escritores que han sido estampados en los billetes españoles. De 1878 es un
billete de 50 pesetas donde aparece un Calderón de frente prominente y elegante
perilla, ataviado con la cruz de Santiago; Jovellanos representaba las 50
pesetas en 1898, lo que tiene su lógica si pensamos en la actitud
regeneracionista de la época; Quevedo valía 100 pesetas en 1900 y mucho hubiera
sido la sorpresa del genial poeta madrileño de saber que su cara habría de
estar en los billetes, él que había denunciado el poder del dinero en aquel
famoso poema “Poderoso caballero”; en 1928 es el turno de Cervantes, que
aparece en los billetes de 100 pesetas en un retrato que nos lo muestra con la
venerabilidad de una vejez incipiente; Séneca valía 5 pesetas en 1947 y la
ínfima cantidad parece hecha a la medida de su pensamiento estoico: del gran
filósofo cordobés son frases como “Una gran fortuna es una gran servidumbre” o
“No es pobre el que tiene poco sino el que mucho desea”. Más pobre era don
Quijote en 1951, cuando su billete valía 1 peseta. El retrato de don Quijote en
este billete se aparta un tanto de la imagen que poco a poco ha ido
consolidándose en el imaginario colectivo: barba lacia y descuidada, ojeroso,
mirada triste, frente marchita. Bécquer tiene su billete en 1965; su rostro
grácil, de cabello ensortijado, mirada penetrante y refinado bigote, se erige
sobre una escena romántica donde aparece un señor de levita y sombrero de copa
y una dama de vaporoso vestido blanco en mitad de un jardín umbrío con su
fuente rumorosa; vale 100 pesetas. En 1971 aparecen Echegaray y Jacint
Verdaguer en los billetes de 1000 y 500 pesetas, respectivamente, el primero
con sus lentes curvas y su barba florida, el segundo con barretina y mirada
soñadora. Completan la nómina los billetes de los años 80. En esa década
Clarín, Rosalía, Galdós y Juan Ramón Jiménez se muestran en los billetes de
200, 500, 1000 y 2000 pesetas, respectivamente. A Galdós, como a Quevedo, no
creo que le hiciera demasiado gracia verse por allí. Se me viene a las mientes
la frase que el escritor canario pone en boca del Conde en su novela dialogada El
abuelo, cuando aquél le dice a Senén aquello de que “el dinero lo ganan
todos aquellos que con paciencia y fina observación van detrás de los que lo
pierden”. Tan vigente como siempre, nuestro Galdós. Y también llama la atención
ver a Juan Ramón Jiménez en ese billetazo de 2000 pesetas, él que siempre
delegó en la abnegada Zenobia todos los pormenores prácticos, economía
doméstica incluida.
Para acabar este repaso, cabe mencionar, como
curiosidad, que Baroja, Zorrilla, Larra y Tirso fueron estampados también pero
sus billetes acabaron por no ponerse en circulación. Baroja iba a valer 10000
pesetas en 1979. Las cifras, desde luego, son arbitrarias: ¿Dos rosalías hacen
un galdós? ¿Dos galdoses hacen un juanramón? ¿Una rosalía y un clarín no valen
un echegaray? Yo prefiero las vueltas: pagar con un juanramón algo que vale 100
pts para que, en el cambio, me den un poquito de todos los demás. O leerlos a todos, que
no tiene precio. Y es gratis.
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Calderón, 1878 |
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Jovellanos, 1898 |
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Quevedo, 1900 |
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Cervantes, 1928 |
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Séneca, 1947 |
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Don Quijote, 1951 |
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Bécquer, 1965 |
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Echegaray, 1971 |
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Verdaguer, 1971 |
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Galdós, 1979 |
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Rosalia, 1979 |
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Clarín, 1980 |
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Juan Ramón, 1980 |
BILLETES DESCARTADOS
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Baroja, 1979 |
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Tirso, 1940 |
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Larra, 1938 |
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Zorrilla, 1931 |
Curioso el artículo y no menos curiosas las fotos. Algunos billetes los hemos utilizado los lectores hasta la llegada del euro. De niños, claro, no sabíamos lo agradecidos que acabaríamos estando a esos señores tan serios que aparecían en los billetes.
ResponderEliminarMuy interesante.
ResponderEliminarMuy interesante, muchas gracias por la aportación.
ResponderEliminarMI hermana, cuando recibía la paga casera: "Qué me gusta Rosalía de Castro".
ResponderEliminarMuy interesante. Lo de los descartados es un gran documento.
ResponderEliminarInteresante y muy original artículo.Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarHas escrito un artículo muy original. ¡Qué buenas ideas tienes!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho ver estos billetes tan literarios.