lunes, 8 de julio de 2024

657. Jaque en Linares



 

El nuevo libro del jiennense Miguel Vega, publicado por El ojo de Poe, evoca el último enfrentamiento entre los ajedrecistas Kárpov y Kaspárov celebrado en el marco del XVIII Torneo Internacional de Ajedrez de Linares en 2001.

Orgulloso linarense, en ocasiones parece que Miguel Vega haya usado como pretexto aquella mítica final de hace 23 años para alumbrar un emotivo homenaje a su ciudad natal. En efecto, Linares se convierte en una protagonista más –si no en la principal– de este libro híbrido, a medio camino entre la crónica periodística y la novela de espías. El lector recorre la capital de la comarca de Sierra Morena de la mano del autor, a través de sugestivas estampas, en un itinerario que nos conduce por locales emblemáticos de la gastronomía local, algunos de ellos emparentados con su inextricable tradición taurina, y por otros rincones paradigmáticos de su historia. La nota culinaria no escatima en detalles y hasta nos es dado visitar una de sus famosas almazaras. Esta bonita aproximación literaria a Linares no es nueva en Miguel Vega, quien ya en 2004 había publicado su Tríptico de Cástulo, merecedor del premio para escritores noveles convocado por la Diputación de Jaén, y que repasa la historia de la antigua capital iberorromana de la Oretania. Un fragmento autorreferencial de esta novela aparece en el capítulo 2 del libro, fabulando con la idea de que la presentación de aquella obra se produjo el mismo día en que se inauguraba el torneo de ajedrez. Aunque algo forzada por su condición periférica respecto al argumento de la novela, esta alusión metaliteraria entronca con el final del libro, donde se recorre el yacimiento de Cástulo, aunque quizás es acotable el largo sueño del protagonista que antecede a esa visita.

La celebración del torneo le permite a Bernal, trasunto del propio autor, dar testimonio de los personajes que frecuentan el hotel donde se llevan a cabo las partidas y otros lugares de la ciudad, efervescente aquellos días de visitantes: ajedrecistas, toreros, escritores, etc, de los que se ofrecen interesantes semblanzas. Llama la atención la elusión del nombre de uno de ellos, fácilmente reconocible, como es el dramaturgo y poeta Fernando Arrabal, que llega a dar una charla en el instituto donde ejerce como profesor Bernal, lo que da pie a recuperar casi de forma teórica las características del movimiento postista al que perteneció el escritor melillense.

Por supuesto, la novela se centra también en el campeonato, aunque este parece constituirse en un telón de fondo que permite al narrador estructurar la cronología de su narración, ateniéndose a las diferentes fases del torneo. Ni siquiera existe un capítulo destinado al duelo de los dos grandes ajedrecistas. Sí, en cambio, se engrandece la figura de otro personaje, Anna Kharitonova, asesora del equipo de Kárpov, sobre la que se abre el asunto del espionaje deportivo y sus ramificaciones políticas. Bernal, que llega a tener un romance con Anna, comprobará, de primera mano las acechanzas de los intrigantes en ese peligroso mundo. Anna, caracterizada con todas las cualidades de la belleza y del misterio, se erige en el personaje más magnético de la obra. Quizás le falta a esta parte una mejor articulación de la trama, sobre todo en lo que se refiere a sus transiciones, algo abruptas, como la que sigue al primer intento de atentado, sin apenas continuidad. En su descargo, las elipsis aligeran el argumento y contribuyen a una premeditada fragmentación en pos del sedimento sugestivo.

El libro es también una reflexión sobre la fugacidad del tiempo y la desaparición de los referentes que creíamos sólidos. De cómo la vida, inexorablemente, nos acaba dando jaque mate.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuánto me gusta leer tus críticas. Sobre todo porque las entiendo y me sirven para saber lo que voy a encontrar cuando lea esa obra, salvo ciertas salvedades propias del intelecto de cada lector. Gracias, Fernando

Miguel Vega dijo...

Te agradezco la lectura atenta de mi novela, Fernando. Su breve extensión esconde diferentes capas que has advertido muy certeramente. También la estructura esconde varios juegos. Una reseña impecable, además de amena.