domingo, 10 de julio de 2011

108. Guajira guantanamera

El verano invita a mecer los oídos en la dulce hamaca de los ritmos cubanos y, entre ellos,  uno de los más literarios es la Guantanamera.
El origen de la tonada es difuso y, como ocurre con todas las melodías de raíz popular, no es atribuible a ningún compositor concreto. Lo que sí parece cierto es que existía bastante antes del siglo XX. Para hacernos una idea de su antigüedad basta la afirmación de Alejo Carpentier, que además de novelista fue también musicólogo, quien encuentra paralelismos entre la música de la Guantanamera y el antiguo romance de Gerineldo en su versión extremeña.
Más fácil es reconstruir la historia de la letra. En 1932 nació en la Habana la emisora de radio CMQ. Entre sus programas más exitosos estaba “El Suceso del Día”, donde el presentador, José Fernández (Joseíto), glosaba las noticias trágicas de la jornada mediante la tonadilla de marras. Un día, la mujer de la que estaba enamorado, una campesina de Guantánamo, tuvo un acceso de celos al ver a Joseíto con otra, y lo despachó con cajas destempladas. Ese día, Joseíto inventó el celebérrimo estribillo de “Guajira guantanamera” y lo utilizó como tal en el noticiero cantado, no sólo entonces, sino en adelante.  Hay que advertir que el término “guajira” se utiliza en Cuba para designar a la mujer campesina, igual que un hombre campesino es un “guajiro” y que “guantanamera” es el gentilicio femenino de Guantánamo, la provincia situada en el lado oriental de la isla de Cuba.  Por lo tanto, la Guantanamera no es, en su origen, una canción, sino una tonada muy antigua, que Joseíto utilizó como molde para su noticiero cantado, promocionándola y asentando únicamente el definitivo estribillo merced a la anécdota que acabamos de referir.
Pero una canción no es sólo su estribillo. Y es aquí donde entra la figura de Julián Orbón. Este compositor hispanocubano, nacido en Asturias, ajustó en 1958 los primeros versos del poema “Yo soy un hombre sincero”, de José Martí, uno de los 46 que forman el libro Versos sencillos, a la susodicha melodía, manteniendo el estribillo, ya muy extendido en aquellos años, de Joseíto. Luego, un alumno de Orbón, Héctor Angulo, llevó la versión de su maestro a Estados Unidos y, junto a Pete Seeger, la difundió internacionalmente, lo que produjo un pleito entre Orbón y Seeger por los derechos de autor. La idea de Orbón de acomodar los versos de Martí a la famosa tonada no era nueva. Ya a finales de la década de los 50, El Indio Naborí, un importante cultivador de la música guajira, había hecho lo propio con otros versos del mismo libro del poeta cubano; en aquella ocasión fueron los del poema “La niña de Guatemala”.
Por las nervaduras de las hojas de ese gran árbol exótico que es la Guantanamera, corre savia literaria. La canción comparte las cualidades de los romances en esa vida en variantes que la tradición popular ha ido ramificando en diferentes versiones. Y, ¿acaso el noticiero cantado de Joseíto no recuerda a los cantares informativos de los antiguos juglares? Finalmente, la Guantanamera perpetúa el recuerdo del poeta José Martí y de sus Versos sencillos, que cumplen ya 120 años. Cuando Martí escribió aquello de “y antes de morirme quiero / echar mis versos del alma”, no sabía aún que estos versos iban a convertirse en su mejor epitafio. El mejor porque son ya inmortales cada vez que escuchamos cantar la Guantanamera; y el mejor porque nació de su Cuba amada, aquella que en el exilio “nos une en extranjero suelo,/ auras de Cuba nuestro amor desea: / Cuba es tu corazón, Cuba es mi cielo, / Cuba en tu libro mi palabra sea.”

[Arriba, José Martí; abajo, "Joseíto" y Julián Orbón. Para una mayor comprensión de los orígenes y difusión de la Guantanamera, aconsejo visitar la siguiente página de Mª Argelia Vizcaíno, donde se contrastan con rigor diversas fuentes de información al respecto. Para escuchar la canción en la voz de Joseíto se puede pinchar aquí, pero no se escucharán los versos de Martí correspondientes a "Yo soy un hombre sincero"; recuérdese que esta adaptación es posterior, de la mano de Orbón; sí se escucharán en cambio otros versos de los Versos sencillos de Martí, aunque sabemos que se impondrá la versión de Orbón.]

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena, una vez más, por este cuaderno de bitácora literario. Esta entrada me toca el corazón por muy diversos motivos: mi pasión por la música popular cubana, mi devoción martiana, mis frecuentes ataques de cubanía... Añado un apunte. También el gran Blas de Otero homenajeo a la trova popular e, implícitamente, a José Martí en un poema escrito como despedida de su larga estancia cubana. Debía haberse publicado en el libro “Con Cuba”, que no llegó nunca a la estampa; apareció en “Expresión y reunión” y, después, en otras muchas antologías. Es una joyita. El grupo Goliardos hicimos, hace ya mucho tiempo, una versión cantada de este poema. Si soy capaz, lo subo al facebook. Transcribo el texto oteriano. Un fuerte abrazo: RAMÓN GARCÍA MATEOS


ME VOY DE CUBA

Me voy de Cuba. Me llaman
otras tierras y otros vientos.
Se quedan mis pensamientos
dudando entre lo que mira
el alma y lo que le espera.
Guantanamera guajira.
Guajira guantanamera.

Me voy de Cuba. Hasta luego,
que pienso volver a verte
si no me ciega la muerte
o si antes no quedo ciego.
Triste de aquel que le tira
su patria de tal manera.
Guantanamera guajira.
Guajira guantanamera.

Guantanamera trigueña,
llevo en el pecho la enseña
de tu isla caimanera
y su cintura pequeña.
Adiós, luna santiaguera
que toda América admira;
Habana de mis amores
donde parece mentira
el humo de sus vapores.
Ponte en el pelo estas flores;
me voy, mi patria me espera.
Guantanamera guajira.
Guajira guantanamera.

Blas de Otero.

Píramo dijo...

Muchísimas gracias, Ramón, por el apunte sobre el poema de Blas de Otero, tan bien traído y que colocaré entre las lecturas recomendadas por los visitantes del blog. Copio el enlace de la versión goliardesca:
http://www.youtube.com/watch?v=3GI2eyYTNS8