sábado, 20 de abril de 2013

203. Por la equidad lingüística en las aulas catalanas



 
Si me aventuro en el espinoso asunto de la situación lingüística en Cataluña, no es para defender unos determinados colores políticos. Ni siquiera lo hago como usuario que soy de la lengua castellana. Lo que me anima a escribir es, sobre todo, la alarmante falta de discernimiento que una gran parte de los implicados en los dimes y diretes de estos días está demostrando. Que el tema de la lengua levante susceptibilidades y hiera sensibilidades es muy natural. La lengua es, quizás, el instrumento identitario de mayor calado. Pero ello no debe anular ni la capacidad objetiva de razonamiento ni el respeto en las argumentaciones.

 
Cooficialidad

Si el debate transcurriera estrictamente por los cauces de la más aséptica objetividad, del puro dato, la solución se antoja muy sencilla. Las lenguas catalana y castellana conviven en Cataluña en situación de cooficialidad. Yo no sé qué pasa con el término de “cooficialidad” que no parece entenderse. Significa que ambas lenguas comparten los mismos derechos de uso. Este derecho equitativo no se aplica fácticamente en las aulas catalanas desde la implantación en su sistema educativo del plan de inmersión lingüística. El objetivo de la inmersión catalana era, y es, muy noble y plausible. Se trataba de normalizar una lengua que venía siendo reprimida y reducida al ámbito privado durante los años de la dictadura. Ante esa deuda histórica y ante la presencia del gigante que es el idioma castellano, la inmersión catalana trató de paliar el agravio. El hecho es que, merced a esos esfuerzos, el catalán es hoy una lengua normalizada: tiene el práctico monopolio del sistema educativo, pues es su lengua vehicular en exclusividad, ostenta una gran presencia en los medios de comunicación de su Autonomía, cuenta con instituciones oficiales que velan por su promoción, cuidado y normativa y es la lengua habitual de la mitad de los ciudadanos catalanes, según el Institut d’Estadística de Catalunya. Aunque el catalán tiene todavía algunos retos pendientes, lo cierto es que su estatus satisface ya el concepto de lengua normalizada y está lejos de las previsiones catastrofistas de algunos, que usan la falacia de su futura desaparición como argumento recurrente para negar el castellano.

 La cuestión pedagógica

Sin embargo, esta empresa, loable como digo, tiene sus repercusiones sobre el castellano, la otra lengua, insistimos, cooficial. Los datos, repito, son objetivos: un alumno de Primaria trabaja 30 horas semanales de las cuales 27 lo hace en lengua catalana. Quedan sólo 3 horas donde se usa el castellano, reducidas a la asignatura que imparte dicha lengua, las mismas que una lengua extranjera. Esto es así más allá de ideologías. Son números. Se aduce muy frecuentemente que el uso del castellano en las escuelas catalanas es prescindible porque es un idioma que, dada su situación dominante, se puede aprender fuera. Pero el aprendizaje de todas las lenguas requiere un contexto formal y reglado que vele por su buen uso. No se aprende un idioma en la calle, o al menos, no se aprende su uso normativo. Y no basta con las 3 horas de la asignatura de Lengua Castellana porque el aprendizaje de una lengua no se basa sólo en el currículo de su área, sino en todos aquellos estímulos lingüísticos que el alumno recibe de los contextos reglados: los libros de texto o el modelo lingüístico del propio profesor, por ejemplo. No se trata de atentar contra el catalán, sino de rescatar al castellano del ostracismo al que se le arrincona en las aulas.

Finalmente, están los derechos de los ciudadanos. Si la realidad social es que la mitad de los ciudadanos catalanes habla castellano y la otra mitad lo hace en catalán; si la escuela, formadora de ciudadanos, debe ser un reflejo de esa sociedad plural, ¿por qué no aplicar al sistema educativo una equidad en el uso de las 2 lenguas oficiales para cubrir los derechos de ambas realidades e integrar a todo el mundo en un proyecto de convivencia común donde cada uno se sienta partícipe e identificado? ¿A alguien le puede parecer mal la equidad? La legislación catalana debe decidir si desea una Cataluña democrática y para todos, sin catalanes de primera y catalanes de segunda, o si desea instalarse en la imposición y la mirada única, imitando paradójicamente todo aquello que atentó en su día contra las libertades por las que tanto aboga.

13 comentarios:

Javier Angosto dijo...

Desgraciadamente, Píramo, hace tiempo que han optado por la segunda opción. Y en materia lingüística, como en todos los órdenes de la vida, las imposiciones nunca son buenas.

M. Cortés dijo...

Un análisis muy cabal y ponderado. Soy pesimista en este tema y me apena muchísimo el estado de cosas actual. Mi pesimismo se basa en que el estado de derecho no existe para Cataluña en esta materia y ahora ya,en pleno proceso soberanista, llega al desacato.

Mayte Bravo dijo...

Completamente de acuerdo.

Francisco de Pedro dijo...

El castellano en Cataluña es a menudo visto como una lengua forastera y por lo tanto su existencia sólo se entiende como transitoria o provisional. Estará mientras no haya otro remedio. A pesar de las proclamas oficiales en favor del bilingüismo, está claro que el objetivo del nacionalismo catalán -como lo fue del nacionalismo español en su momento y de hecho lo sigue siendo en los territorios en que domina ampliamente- es la marginación progresiva de las lenguas diferentes a la propia hasta su extinción. Toda opinión que se salga en este sentido de la línea oficial será vista sistemáticamente como un ataque a Cataluña,al pueblo catalán, a la cultura catalana, etc. Y toda crítica del modelo -por coherente o bienintencionada que sea- será siempre tenida como una ofensa o una regresión al franquismo o a cosas peores. El día que la política no envenene las relaciones sociales podremos hablar. Mientras tanto, se impone el tabú. "Niño, eso no se dice, eso no se hace, eso no se habla..." El día en que el catalán sea visto como una lengua española con todos sus derechos y el castellano sea visto también como una lengua "catalana" con todos sus derechos podremos empezar a hablr de verdad de convivencia y no sólo de "conllevancia" o "malvivencia

María del PIlar Moreno dijo...

Desde otro espacio donde tantas lenguas han sido silenciadas, coincido, pero también el castellano es una oportunidad que quien vive en esos ámbitos no puede perderse!

L'Home Dels Nassos dijo...

Pues yo estudié en éste modelo que supuestamente discrimina al castellano y recuerdo las asignaturas en COU y la mitad eran en castellano (Historia del arte, historia contemporánea, Literatura Castellana, Lengua Castellana). Teníamos 8 asignaturas...
Además es falso que la mitad de los catalanes hablemos catalán y la otra mitad castellano. Los que nuestra lengua materna és el catalán hablamos las dos indistintamente, y de hecho solemos hablar en castellano con los que su lengua materna és el castellano. De hecho todavía espero el día en que la mitad de películas que se puedan ver en el cine sean en Catalán, o la mitad de emisoras de rádio sean en Catalán, o de canales de televisión, o poder escuchar alguna canción en Catalán igual que en otra lengua. Pienso que és más un conflicto político que real. Y si el modelo a seguir són el valenciano o el balear, ya hemos visto que la lengua discriminada acaba siendo el Catalán. És un lujo y un placer poder tener conocimiento de las dos lenguas...Hay otro detalle que olvidas y que es importante. Los que hemos estudiado dentro de este modelo lingüístico hemos sido los que fuimos a la escuela después de 1977. La gran mayoría de catalanes han recibido su educación solo en castellano.Y para terminar, una pregunta: ¿Tu escolarización fué en Cataluña?

Isidro Puig dijo...


Amic Robert. No cal que perdis el temps amb els intoxicadors. No volen res constructiu. Només tenen mala fe. VISCA CATALUNYA LLIURE !!! INDEPENDÈNCIA, JA !!!

L'Home dels Nassos dijo...

Isidre, penso que és un debat interessant i del que val la pena parlar. I, a més en Fernando és una persona interessant i inteŀligent i amb qui val la pena tenir una bona conversa. M'interessa la seva opinió.

Isidro Puig dijo...

Em sembla bé. Cadascú es pot suïcidar com vulgui. Jo ja fa temps que vaig aprendre que, d'on no ni ha no en pot rajar. Per molt interessant que pugui semblar el debat amb gent així, són corders amb pell de llop. No ens faran mai cap bé, només mal.
També ni ha que en diuen "llops amb pell de corder". El resultat és el mateix...

Píramo dijo...

JAVIER, qué te voy a contar a ti.

MARCELINO, gracias; aquí lo sufrimos en nuestras propias carnes. Hablas del desacato y el estado de derecho. Me hace gracia cuando los dirigentes catalanes apelan a la Constitución para protestar por algún agravio y luego se la pasan por el forro para todo lo demás. Es el colmo de la desfachatez y de la incoherencia.

Gracias, Mayte, porque en esto me siento algo solo.

Francisco, el problema es que mientras el problema se plantee en términos de independentismo, no hay nada de qué hablar.

María, precisamente la riqueza de Cataluña estriba en sus dos lenguas oficiales.

Isidro Puig Fortuny, ¿de veras te ha parecido que mi reflexión es poco constructiva? ¿En qué he faltado yo a la lengua catalana? Yo defiendo una equidad y tú una mirada única, restrictiva, intolerante y limitadora, cualidades, por cierto, que tienen bastante de tufillo facistoide. Precisamente, el artículo trata de buscar una solución conciliadora, un proyecto de convivencia común. Tu actitud, en cambio, es visceral y elimina cualquier posibilidad para el debate y la discusión serena. Una lástima.

L'Home Dels Nassos en primer lugar gracias por tu comedimiento. Esa es la actitud de las personas inteligentes. Intentaré responderte a todas las cuestiones que planteas. No sé en qué época estudiaste tú pero si hacías tantas asignaturas en castellano, debía de ser porque el proyecto de inmersión lingüística estaba aún en sus albores. Hoy el panorama ha cambiado: el catalán es la lengua vehicular en exclusividad en los centros escolares. Es decir, se ha pasado de un extremo al otro. Cuando hablo del uso de las lenguas en la sociedad, me refiero a la lengua habitual, es decir, la lengua materna. Ahí, sí parece que el uso es equitativo. No obstante, incluso aceptando tu opinión del bilingüismo total, precisamente esa realidad bilingüe debería manifestarse también en las aulas, porque éstas deben ser un reflejo de la sociedad y esto es algo que no ocurre. Respecto al tema del cine, música y canales de televisión, en el artículo digo que el catalán aún tiene retos pendientes: a esos temas me refería. Aunque disiento en lo de la televisión, porque para eso están los canales autonómicos. También hay desconexiones territoriales en TVE. Por supuesto que es un problema de índole política. Ambas lenguas conviven pacíficamente en la sociedad catalana pero el conflicto es institucional. Ojalá las lenguas no estuvieran politizadas pero es así. Hay que recordar que las lenguas no son de quienes gobiernan sino de quienes las usan. Mi propuesta, repito, es un modelo de equidad donde las dos lenguas tengan el mismo estatus. Dices que los catalanes anteriores a 1977 han recibido su educación sólo en castellano. Es cierto. Pero eso no debe legitimar que ahora hagamos lo mismo a la inversa, porque entonces lo único que hacemos es defender lo que antes censurábamos y no es coherente. Finalmente, me preguntas si yo he sido escolarizado en Cataluña. Sí, toda mi vida académica. En fin, cada cual puede pensar lo que quiera pero los números están ahí, más allá de las ideologías. Te invito que te pases algún día por algún centro escolar y lo compruebes por ti mismo. Lo que no acabo de entender es cómo se puede ser contrario al reparto equitativo de las horas que se imparten en uno y otro idioma. Fíjate que te hablo de equidad, no de supremacía de una lengua sobre la otra. ¿Desde cuándo la equidad es un problema? Todo lo que no se ajuste al equilibro, deriva en posiciones radicales. Y la radicalidad sí es un problema.

Isidro Puig dijo...

Veig que m'entens en català. Seguiré així. Tot i el conciliador que pugui ser el teu escrit, em sembla que va a favor de que es parli el castellà, a costa de la immersió lingüística que tants bons resultats ha donat a Catalunya. A mi tot això em sembla ploure sobre mullat, i intent de posar pals a les rodes a la normalització del català, creant un problema amb el castellà que no existeix més que en unes ments interessades. Com diuen als refranys "al gat escaldat no li ensenyis l'aigua". Jo estic molt escaldat i, sentint-t'ho molt, ja fa temps que opto per allò de "a l'enemic ni aigua". Tot el que repercuteixi en estrenyiment del català mai serà benvingut per part meva. De totes maneres, si l'amic Robert et té en bona consideració, tractaré de mirar-te amb més bons ulls i sense rancúnia...

Píramo dijo...

Claro que te entiendo en catalán, Isidro. Porque soy catalán. El problema es que el nacionalismo catalán trata de configurar una manera única de ser y sentirse catalán. ¿Un catalán puede ser para ti castellanoparlante? ¿Ello le resta catalanidad? ¿Qué es ser catalán? Esto es como cuando en las escuelas franquistas se les inculcaba a los alumnos un patriotismo cerrado y monolítico y quien no siguiera esos patrones era un traidor a la Madre Patria. Cada cual debe ser y sentirse como quiera. ¿Tengo que hablar catalán, ser del Barça y bailar sardanas y "fer pinya" en los "castells" para ser tan catalán como tú? ¿Están reñidos sentirse español y sentirse catalán también? Del mismo modo, para sentirse español no hace falta que a uno le gusten los toros o acuda todos los años al desfile militar de la Hispanidad. Nadie quiere detener la normalización del catalán. Las lenguas, todas, me merecen el máximo respeto y no creo que me sigas en el Diari, pero he escrito algunos artículos ensalzando la labor literaria de muchos literatos catalanes. Usas el término "enemic". ¿Te das cuenta? Y hablas también de constreñir el catalán. ¿Quién pretende eso? Mientras algunos buscamos lo que nos une, otros buscan sólo lo que nos separa. Y así nos va. De todos, modos Isidro, no llegaremos a ningún acuerdo, me temo. Así que no gastemos más energías.

Tisbe dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, Píramo. Te felicito por tu actitud conciliadora, alejada de radicalismos.