domingo, 16 de agosto de 2015

299. Inmigrantes en Lesbos



Viajeros que llegáis a Lesbos buscando a Safo y a Safo no la halláis, ¿dónde quedó vuestro esplendor babilonio que así venís, a merced de las olas? Desengañaos. No hallaréis aquí a Safo. No hay en Lesbos gorriones uncidos al carro de Afrodita, y tal vez acechen vuestro pan escaso. Ni hay huertos de manzanos, ni riberas flanqueadas por garbanzos de oro, ni el aire orea aromas de mieles, abatiéndose sobre las encinas, ni el agua rumorea entre los prados esmaltados de primavera. No hay muchachas de finos tobillos, vestidas con peplos purpúreos, coronados sus cabellos de eneldo, de violetas o de rosas ni sus cuerpos se os ofrecen amorosos bañados en brento sobre blandos lechos. No se oyen las caricias melódicas de la siringa ni las risas tintineantes de los crótalos, no se escuchan las voces de las doncellas entonando epitalamios ni se mezclan la mirra, la casia y el incienso ni los recodos de los caminos ofrecen cráteras y copas al sediento.
Hallaréis a cambio, el frenesí hiriente de las chicharras bajo el sol implacable, el hedor de vuestros cuerpos, sudor y salitre, envolviéndolo todo, la mirada enajenada de la madre a quien el mar engulló su esperanza, la indiferencia de Europa, no la fenicia de Tiro que raptó Zeus transformado en toro, sino esta Europa nuestra que vive también raptada, narcotizada por algún bebedizo infecto en su indolencia intolerable. Hallaréis la enfermedad y la miseria; el recelo de los anfitriones, el hacinamiento insalubre, el anonimato, la deportación, quizás la muerte.
No hallaréis a Safo en Lesbos, aunque la muchacha de Mitilene os entiende. También ella sufrió el destierro en Siracusa y padeció al tirano Mírsilo, que la expolió. Tiranos los ha habido siempre. Su hermano Caraxo trató de solventar la ruina familiar trasladándose a Náucratis, la ciudad griega de Egipto, y dedicándose al comercio, pero lo arruinó una prostituta, la hetera Rodopis, que Safo llama en sus poemas Dórica. Hoy la puta es Europa. Vivió Safo de las dádivas de sus amigas. Cuando Cleis, su hija, le pide una diadema multicolor para ceñir sus cabellos “más rubios que una antorcha”, Safo no puede comprársela y maldice al gobierno de los Cleanáctidas que en tal estado la tienen. Pero Safo será ungida con el aceite incorruptible de la literatura. Quedará en los trozos de cerámica exhumados por los arqueólogos y en los papiros de Oxirrinco y la conocerán los estudiantes. A vosotros, en cambio, hoy os dedica un panegírico un columnista de provincias a quien nadie lee y ayer pasasteis fugaces por la pantalla de un televisor que preside desde su altar (los nuevos altares de Occidente) la opípara comida de la familia, que debate asuntos baladíes. Se olvidarán los noticiarios, este periódico quedará a merced del viento en el banco de alguna plaza pública, involución del ágora. Las gentes se olvidarán de vosotros y entonces hallaréis, al fin, a Safo, que os dedicará su epitafio: “Una vez muertos, yaceréis en la tierra y no habrá recuerdo vuestro ni añoranza ya más: no tendréis parte de las rosas de Pieria, sino que ignorados también en la mansión de Hades erraréis revoloteando entre las sombras de los muertos”.

Es noche cerrada en Lesbos. En la playa, los cuerpos exhaustos de los supervivientes descansan en la arena. Reina un silencio espeso que interrumpe monótonamente el oleaje. Algunos miran a lo alto dando gracias a algún dios. Pero en el cielo estrellado de Lesbos, el toro de Zeus es sólo una constelación y pace solo. 

8 comentarios:

PEDRO GOMILA dijo...

La injusticia milenaria, congénita, de nuestra especie, la apatía ante el dolor, la cosificación del cuerpo que sufre, la anulación de la humanidad, el triunfo del egoísmo... sí, Safo lo supo como lo saben todavía todos los que han padecido el mordisco del hambre y de la sed, la tortura del frío y del desierto, los que conocen las tretas del odio, su idiotez moral, su orgullosa infamia. Algunos son poetas, otros lo que la fortuna quiso hacer de ellos... ¿Salva la poesía, la literatura, el arte o la Belleza al ser humano de sus atrocidades? Creo que no, pero si logra prender, aunque sea en un solo corazón, una chispa que abrase la broza de su indiferencia, sólo por eso, no será en vano. Enhorabuena, Fernando, por este hermoso artículo, escrito con suma delicadeza, con primor de joya, con rubor de hombre.

Tisbe dijo...

Has escrito un artículo precioso, Píramo, de ésos que da gusto leer. Sigue deleitándonos con este tipo de escritos.

Montse Sanjuan dijo...

Un article que val la pena de llegir

Maite Ribes dijo...

Hi estic d'acord. Molt bo.

Sara MF dijo...

Me encanta. Enhorabuena.

Luisa Villa dijo...

Me ha emocionado esta belleza de artículo, hasta el punto de dejarme sin palabras.Sólo decirte que ya me gustaría llegarte a la suela del zapato.Infinitas gracias.

Píramo dijo...

Yo creo que el arte hace mejores a las personas, Pedro. El arte cultivado con conciencia, no con imposturas, claro. Gracias por tus palabras. Eres muy amable.

Luisa, no digas esas cosas. No tiene tanto mérito. Además, estoy seguro de que con tu sensibilidad, eres capaz de escribir cosas muy hermosas. Muchas gracias por tus palabras.

Gracias al resto por vuestros elogios. Así da gusto escribir.

PEDRO GOMILA dijo...

Yo intento creer lo mismo que tú, Fernando. A veces, incluso desesperadamente para dar sentido al hecho de escribir. Pero viendo el desprecio que muchos sienten por la cultura y cómo ésta, y me remito a la Historia, no es garantía de nada, la tristeza y el desengaño acechan... Pero hay que seguir adelante, intentando transmitir emociones y experiencias, aportar ese granito de arena para que, al menos, un lector, sea de poesía, de novela, ensayo, o leyendo un artículo de denuncia como el tuyo, sienta que provocar dolor o ser injusto está mal.