Cuando en 1995 la UNESCO decidió convertir el 23 de abril en el Día Mundial del Libro, tomó como referencia simbólica para tal resolución los decesos de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. Añade además, esta institución, los nacimientos y muertes de otros escritores sucedidos ese mismo día. Y cita a Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Hoy sabemos que las dos figuras cimeras que lideran esa lista, Cervantes y Shakespeare, no murieron tal día como hoy. Cervantes lo hizo el viernes 22 de abril de 1616 y fue enterrado el sábado 23; mientras que Shakespeare murió el 2 de mayo de ese mismo año y la asociación de su muerte a la fecha elegida por la UNESCO se debe únicamente a la confusión derivada de la utilización del calendario juliano, hoy en desuso, pues el vigente, como se sabe, es el gregoriano. Refiriéndose al enterramiento de Cervantes del día 23, el historiador José Enrique Ruiz-Domènec en un reciente ciclo de conferencias celebrado en Tarragona (Las artes del diálogo. Literaturas peninsulares en conexión), organizadas por La Caixa, y en alusión a la condición de judío converso del autor del Quijote, contaba las macabras pullas que recibió el escritor por parte de quienes le querían mal, pues, Cervantes, que había defendido su ascendencia de cristiano viejo durante toda su vida, demostraba su origen judío al cumplir escrupulosamente con la religión hebrea, ya que nadie podía negar que el día sagrado del sabbath, efectivamente, descansó.
Roto el romántico sortilegio de este día, sin desmerecer por ello al Inca Garcilaso, que tantas y tan curiosísimas concomitancias vitales tuvo con Cervantes, ni al resto de la lista, nos queda seguir celebrándolo con la mejor predisposición posible. Es cierto que la fecha en cuestión ha favorecido el abuso mercantilista del libro. Las editoriales en sus contraportadas nos venden la mejor obra del siglo. Un ligero vistazo por esas contraportadas y pensaremos que nos hallamos en pleno Siglo de Oro de las letras universales: "los estallidos de comicidad más inteligente que ha producido la literatura" ; "nunca una obra de ficción ha desvelado tantas verdades ocultas"; "la novela total"; "el portentoso talento creativo del autor"; "un bisturí manejado por la mano maestra del autor";" todo un hito en la novelística del siglo XX" ; "incomparable agudeza y brillantez". Encomios literarios hiperbolizados que convierten cualquier novela en un clásico sin salir siquiera de la imprenta. Unas críticas que al espíritu, maltrecho como está de escepticismos, se le antojan paradójicas. Y es cierto que las ferias de libros con su brutal excedente abruma al lector exigente que se pierde entre la maraña de títulos insulsos, muchos de los cuales son la negación del propio libro, porque " libro es aquel, como decía Kafka, que te golpea, que te araña, que te despierta en el sentido duro, pero también gozoso. El No libro es aquel producto transgénico y clónico, que aunque tenga forma de libro, lo que hace es repetir y es un hábito de consumo para ocupar espacio comercial". Son palabras de Manuel Vicent, uno que sí escribe libros.
Pero también es cierto que sería un error que, llevados de lo dicho anteriormente, despreciásemos el único día en el que se garantiza que se va a hablar de libros. Eso ya es mucho. En la Tarragona de Píramo, más que hablarse de libros, son los libros los que hablan. Resucitan de sus nichos epitafiados de etiquetas que los clasifican y se dan a las gentes en las calles sin más atavío genérico que el de su universal aspecto. El libro es entonces ya libro y hasta los No libros lo parecen al lucir en las paradas de la Rambla. Sant Jordi mata al dragón tantas veces como princesas portan la rosa nacida de su sangre y estos Sant Jordis redivivos, reciben a cambio uno de esos libros. El paseo se impregna de aromas a rosa y tinta; del dulzón olor del papel nuevo o del rancio del viejo; y, sugestionado, el caminante a quien flanquea esa orgía de volúmenes hacinados, cree que Cervantes y Shakespeare murieron el 23 de abril.
Invito a nuestros visitantes a incluir en el apartado de comentarios de este artículo aquellos libros que hayáis recibido o regalado hoy. Montaremos así nuestra paradita también.