La literatura sueca pisa con fuerza últimamente sobre el panorama literario español. Basta comprobar cómo un sinfín de títulos de novela negra inunda las estanterías de nuestras librerías. Pero su influencia no sólo se limita al citado subgénero sino que traspasa los límites de la narrativa y llega hasta las tablas de la mano de El tipo de la tumba de al lado, adaptación teatral de la homónima novela de Katarina Mazetti. El director José María Pou nos presenta la historia de dos seres aparentemente opuestos, pertenecientes a mundos muy diferentes entre los que nace el amor. Laura es una joven bibliotecaria apasionada de la cultura que visita con frecuencia la tumba de su esposo y Pablo es un rústico y práctico granjero que diariamente cuida de la sepultura de su madre. Los dos jóvenes coinciden en el camposanto y poco a poco surge una chispa entre ellos.
Ambos ven en el otro la posibilidad de realizarse como personas pues son capaces de sentirse vivos en la soledad que les acompaña. Pese a sus diferencias, deciden luchar e intentar acoplarse, mas hay detalles que son insalvables: ¿qué hace un granjero en la ópera?, ¿qué hace una refinada señorita ordeñando vacas o preparando albóndigas?
Con apariencia de comedia, el espectáculo nos presenta una reflexión profunda: ¿es posible el amor entre dos personas tan distintas?, ¿puede una lectora de Schopenhauer llegar a interesarse por la Guía de la cría de ganado vacuno? Los espectadores son testigos de la lucha de estos dos seres por ser felices, por intentar superar las barreras que los separan y afianzar los sentimientos que los unen. Una ardua tarea que no siempre será fácil.
Los actores que dan vida a estos personajes son Maribel Verdú y Antonio Molero. Ambos interpretan bien su papel y consiguen captar la atención del público desde el primer momento. La fuerza de la obra recae en la palabra; no hay cambios de decorado y cuando los hay son los mínimos para la correcta interpretación de las transiciones de escena. Son los intérpretes con su palabra los que van guiando al público por los diferentes escenarios en los que transcurre la acción. La obra presenta una estructura circular anclada en el presente de los personajes que se remontan al pasado para mostrar al público los hechos acaecidos que les han llevado a la situación actual.
En definitiva, El tipo de la tumba de al lado es una buena opción para pasar un rato ameno en la que no faltan los toques de humor junto con alguna dosis de reflexión sobre las diferencias sociales. ¿Son insalvables para Laura y Pablo o el amor es una fuerza más poderosa que cualquier barrera social? Vean y decidan, el final está abierto a cualquier interpretación.
8 comentarios:
Me han dado ganas de ir al teatro a verla!! Me ha gustado mucho tu entrada. Yo creo que el amor lo puede todo aunque es más fácil si compartes tus mismas aficiones con tu pareja pero a veces los opuestos se atraen (y hablo por propia experiencia!!). Creo que cuando conoces a la persona adecuada, dan igual las aficiones que compartas porque en la diferencia también se nutre a la pareja.
A priori, a mí me resultaría difícil mantener una relación de pareja con alguien que no compartiera, al menos un poquito, mis inquietudes culturales. No por una cuestión de elitismo del tipo "Apolo los cría y ellos se juntan", sino porque, entre otras cosas, necesito verbalizar esa pasión, compartirla, debatirla. Pero si la persona con quien compartiera mi vida no tuviera el más mínimo interés en todo eso, tampoco podría descartarse nada. Lo mismo, en el contrapunto está también la felicidad. Y, al final, la palabra respeto es la que vale en una relación. Buena entrada, Tisbe.
Érie, gracias por tus palabras. Espero que tengas oportunidad de verla.
Píramo, gracias a ti también.
En cuanto al debate que se plantea, creo que no es necesario que los integrantes de una pareja sean idénticos, pero sí que haya una mínima conexión o que, al menos, haya un interés por compartir los gustos del otro y que de esa simbiosis se enriquezcan ambos.
¡Qué debate más interesante! En principio, está esa expresión de "diferencias insalvables", pero luego también está esa máxima de que el amor todo lo puede... En fin...
Javier, tienes razón. Lo ideal es que cada persona encuentre su pareja perfecta, con diferencias o no.
Interesantes reflexiones... abrazos
Justamente estos días he estado leyendo una novela de un autor iltaliano en la que el protagonista empieza una relación con una mujer de la que le separa un abismo en cuanto a la formación cultural se refiere. Ella fue actriz y es una mujer culta y él, en cambio, es un policía totalmente alejado del teatro y de la literatura. La novela se titula "El silencio de la ola", y el autor se apellida Carofiglio. Se deja leer; es interesante.
Javier, tomo nota de tu recomendación.
Esmeralda, gracias por tu visita.
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