Bienvenidos al estadio Benito Pérez Galdós donde esta
noche se enfrentan el Parnaso Balompié y el Incultural Borreguil, choque a
todas luces desigual, ya que el Incultural Borreguil lidera holgadamente la
clasificación y está a punto de cantar el alirón. Para el choque, los técnicos
del Parnaso Balompié, Menéndez Pidal y Martínez Ruiz “Azorín”, han dispuesto
una táctica clásica, como no podía ser de otra manera, con un 4-4-2 canónico.
¡Pero, atención, porque el Parnaso Balompié acaba de saltar al terreno de juego
entre los vítores salmantinos del respetable, y sus once jugadores posan ya
ante los fotógrafos como un endecasílabo heroico! Repasemos la alineación del
equipo local. Defenderá la portería del Parnaso, Miguel Hernández, que en la
pasada jornada salvó la derrota de su equipo deteniendo un disparo que ya se
colaba por los altos andamios de las flores; emocionado, declaró luego que
dedicaba su parada a su amigo Ramón Sijé, tristemente desaparecido. La
aguerrida pareja de centrales la forman Blas de Otero y Octavio Paz, famosos
por su juego comprometido, expeditivo y sin medias tintas. El defensa mexicano
aseguró en la rueda de prensa previa al partido que esta noche los delanteros
rivales “no pasarán”. El lateral derecho lo ocupará Miguel Delibes, experto en
el arte cinegético de apresar a los extremos que se internen por su banda; el
lateral opuesto es hoy para Pablo Neruda, que de eso de ser carrilero sabe un
rato, o si no que le pregunten a Delia, que ha sufrido su férreo marcaje
durante muchas temporadas. El medio centro es para Antonio Muñoz Molina que
soba y magrea el balón para extenuación de los rivales y deleite de la afición.
En el extremo derecho se situará Agustín de Foxá, injustamente criticado por la
hinchada porque dicen que la izquierda la tiene sólo para apoyarse y, sin
embargo, su juego combinativo le permite asociarse con cualquier buen jugador;
en el extremo izquierdo estará Rafael Alberti que, aunque juega como los
ángeles, todavía colea sobre él la polémica sobre la cesión surrealista que
dejó vendido a Miguel Hernández en el último partido. “Creí que se la pasaba a
Platko”, ha declarado el gaditano. La media punta pide un jugador sorprendente
e imaginativo y por eso hoy el entrenador alineará a Federico García Lorca,
sustituyendo al lesionado Ramón Gómez de la Serna, que sufre un esguince en la
greguería derecha. Desde la enfermería, el jugador madrileño declaró
contrariado que “lo más difícil de digerir en un banquete es la pata de la mesa
que nos ha tocado en suerte” y que “el Coliseo en ruinas es como una taza rota
del desayuno de los siglos”. Lorca confía en su debut y ha apelado al llanto de
la guitarra para ganar este partido; la afición le pide hoy camelias blancas y
que meta la luna en la fragua. Finalmente, en la punta de ataque, dos arietes
de excepción: Valle-Inclán, que tratará de hacer del portero rival un
esperpento, y Juan Marsé, que buscará revolverse en el área cual Pijoaparte en
los palacetes de San Gervasio. ¡Todo listo para el inicio del encuentro! Suena
el himno del Parnaso Balompié, con el son dulce, acordado, del plectro
sabiamente meneado de la lira apolínea. Berrea el público rival. Dirige el
partido el colegiado Cansinos-Assens, magnánimo y justo. El choque se antoja
difícil pero Pidal, desde la banda, da las últimas instrucciones en su arenga y
contagia de entusiasmo a sus jugadores. Él, más que nadie, conoce el valor de
las gestas. ¡Pita Cansinos y el balón echa a rodar en el Benito Pérez Galdós!
El graderío se llena de versos volanderos y la afición vocea, y hay en esos
gritos un algo desesperado, como de agónica pugna contra el abismo y la
intemperie.
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1 comentario:
¿Qué decir de tu artículo de esta semana, Píramo? ¡¡¡Es una maravilla!!! Tengo en estos momentos a mi hijo, de 2º de la ESO, haciendo su propia alineación (él dice que va a hacer algún que otro fichaje hispanoamericano porque dan muy buen juego).
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