Uno ya no sabe dónde se halla
el umbral de su propio sonrojo en materia de dislates políticos. Cuando creemos
que ya no podemos pasar más vergüenza ajena con el último disparate de turno,
aparece enseguida otra necedad que hace de la anterior una pura anécdota. La
suerte de quienes incurren en estas astracanadas es que el vértigo de la
actualidad pronto convierte sus sandeces en prematuros fósiles solamente
exhumados por la arqueología de las hemerotecas.
Al último gazapo de la
vicepresidenta Carmen Calvo vamos a otorgarle, sin embargo, algunos días más de
gracia, aunque no tenga ninguna. Escribe la ministra un tuit donde pondera las
bondades de Una noche sin luna, la
maravillosa e inolvidable obra de teatro que sobre García Lorca ha escrito e
interpretado Juan Diego Botto. Añade la ínclita una felicitación a Botto «y
demás actores y actrices», sin reparar (cómo va a hacerlo si ni siquiera ha
visto la obra) que en el montaje solamente actúa el actor hispano-argentino.
Enseguida Sergio Peris-Mencheta, director del espectáculo, responde a la
ministra haciéndole ver que se trata de un monólogo.
Hay quien quiere disculpar a
Carmen Calvo delegando el error en algún becario que gestiona la cuenta de
Twitter de la vicepresidenta. Efectivamente, el perfil de la cuenta reza:
«Cuenta gestionada por Comunicación». Pero sea como fuere, nada de esto la deja
en buen lugar. Si el tuit lo ha escrito Carmen Calvo, demuestra su desfachatez
utilizando hipócritamente a Lorca, no por su admiración hacia el poeta
universal, sino para el mercadeo ideológico ; y si lo ha escrito otra persona, ¿no
resulta cuanto menos poco estético que ese prurito de cercanía con la
ciudadanía que se infiere del uso de Twitter acabe convertido en un mero
avatar?
Y para no dejar el teatro, la
otra indecencia de la semana la deja Toni Cantó, a quien Ayuso ha colocado en
una «Oficina del Español», creada ex
profeso para su propia medra.
Pero a lo que voy, que se me
acaba el espacio. Dejen en paz a Federico, dejen en paz a Machado, dejen en paz
a Miguel Hernández, dejen en paz la lengua. Cada vez que un político
instrumentaliza a un escritor con fines ideológicos y lo mangonea y lo manipula
y lo usa, los que amamos la literatura y el idioma que lo constituye nos
sentimos heridos en nuestra dignidad porque aquellos que ustedes prostituyen
para sus fines espurios son nuestro patrimonio más cierto y nuestra familia. A
los escritores déjenlos con los profesores de Literatura y con los lectores,
que son los que los conocen de verdad más allá de la cita estratégica y
descontextualizada esputada desde la tribuna y que ustedes usan solamente como
eslóganes partidistas. Dejen en paz aquello que amamos si es que saben ustedes
lo que es amar de verdad, más allá del amor que sienten por la poltrona.
2 comentarios:
Y ha sigo consejera y ministra de Cultura...
sido*
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